martes, 28 de abril de 2009

y de repente se hace de día

Paseas sin saber muy bien por dónde pisas, cuáles son tus pasos. Te arrastras, mentalmente, a tiempos mejores en los que te ves sonreir sin excusa aparente. Bajas por montes perdidos y te cuesta trepar a las nubes.

Sigues caminando, tu no te paras; esa es una de las pocas cosas que recuerdas que funciona; y no lo olvidas. Sin embargo, tus miedos van por delante tuyo, te impiden ver más allá de tus propios pies. Haces amagos por soltar una carcajada de vez en cuando para creerte más fuerte que ellos, pero cada vez que lo intentas te das cuenta de que ya no suenan como antaño, se han vuelto más monótonas, sin tantos altibajos; lo cual ya no sabes hasta qué punto es bueno o es malo.

¿Izquierda o derecha? Dudas; en ocasiones, incluso pierdes el norte. Por un momento decides olvidarte de todo, sumirte en un estado de vacío en el que ni sentir ni padecer, pero se hace imposible.

Recuerdas, y te preguntas qué te llevó a esa situación, por qué te sientes como si no tuvieras sangre en las venas, como si te faltasen tantas cosas, o te sobrasen exigencias. ¿Será cierto?, ¿te exiges demasiado?, si sólo quieres ser feliz, no puede ser tanto... Entonces comprendes que tampoco es que no seas feliz, sino que alguien se ha llevado esos picos de locura que antes te acompañaban, ese halo ilusorio que iba contigo a todas partes.

No comprendes nada; y, en un momento de despiste, cierras los ojos. Cuando los vuelves a abrir descubres que es un nuevo día, completamente diferente al anterior, aunque no sabes cómo ni cuándo se produjo ese gran cambio. No estás solo en el camino, mires dónde mires hay una persona que te anima a cada paso, es más, te muestra nuevas opciones que antes ni siquiera veías porque habías decidido ponerte una túnica que te impedía verlo bien, verte bien. Y, de repente, inconsciente del por qué, te descubres a ti mismo sonriendo, con ganas de enfrentarte a tus miedos, y te apetece hacer locuras...

Así que te lanzas, no lo piensas, ya habrá tiempo de dudar, ahora es hora de arriesgar.


[Estado actual: Arriesgando, cargada de ilusión y con la sonrisa puesta]