jueves, 28 de agosto de 2008

a ti, chico del tren...

Nos vemos cada mañana; tú comienzas tu día y yo vuelvo del trabajo. Yo, como no me gustan las rutinas, me siento cada día en un asiento, me cambio de vagón. Y tú, tú siempre me sigues. Unas veces te sientas en frente mía, y te quitas los cascos al saludarme quizá porque te apetece hablar un rato, amenizándonos así el trayecto. Te veo de reojo buscar el momento de empezar a hablar, pero los nervios me hacen hacerme la tonta y evitar la conversación. Otras veces, supongo que cansado de que maneje este juego a mi antojo, te cambias de lugar, a unos asientos de distancia (como hoy, justo cuando estaba lanzada a hablarte); pero siempre estás ahí, pase lo que pase, dispuesto a despedirte hasta el día siguiente antes de bajarte, dispuesto a darme los buenos días.

Siento ser tan antipática a veces, sacando mi libro del bolso, o esquivando la mirada, haciendo así que te pongas de nuevo los cascos; pero bastó una conversación para que supieras demasiado de mí, y a mí me entró un miedo extraño, miedo a seguir contándote cosas, miedo a saber de tí para luego marcharme a otra ciudad.

Pronto dejaremos de cruzarnos cada día, y ni siquiera llegarás a leer ésto. Aún así te doy las gracias, gracias por haber estado ahí, en las mañanas de Barcelona... Siento no habernos dicho hasta pronto... Qué vaya bien!

lunes, 25 de agosto de 2008

al amor, en tiempos de oro

sé que andas en alguna parte, que quizá otros ojos te estén mirando en estos momentos de manera un tanto especial (tú siempre miras de manera especial), que quizá los tuyos y los suyos compartan algo más que un sol de medianoche.

puede que los míos te busquen y no te encuentren. pero te encontrarán.

sé que no puedes estar muy lejos, que no has podido irte para no regresar jamás. volverás, que las huellas de tus dedos no sobrevivirán si no hay nadie que las lea, que las palpe para no olvidarlas jamás, para no dejarte escapar.

puede que las huellas de los míos no estén siendo descifradas. pero lo serán.


no puedo ponerte nombre de persona, aunque quisiera, pero sé que pronto también podré llamarte por tu nombre, y por el suyo...porque eres lo más grande...

domingo, 3 de agosto de 2008

sin saber por qué

ayer fue un día de esos en los que de repente, y sin saber por qué, distintos hechos ocurrieron en el mismo momento haciendo que el tiempo se parase. el encontrarme sola en casa, con tiempo para pensar. el recibir las palabras de tres amigos del mismo grupo, amigos que no puedo ver día a día, pues cada uno se encuentra en una parte del mundo. hubo palabras sentidas, palabras proponiendo nuestro reencuentro, palabras de una de ellas recordándome que ayer, justo ayer, hacía un año que nos conocimos, un año de que una de las experiencias más importantes de mi vida comenzase. y ahora, un año después, queda ya muy atrás, aunque el recuerdo siga vivo. y también volví a sentir la necesidad de levantarme a escribir sentimientos cuando estaba casi dormida, lo cual no me pasaba desde hacía meses.

ayer también me volví a acordar de ti, después de un cierto tiempo. otra vez la casualidad quiso que encontrase una actualización tuya en el fotolog, después de casi un año sin actualizar, después de mucho tiempo sin revivir. el ver tu mirada de nuevo no me dejó indiferente, me hizo sentir algo que no sé muy bien explicar, pues tampoco puedo decir que fuera lo que sentía antes cada vez que te veía en alguna foto.

unos días antes se cumplió un año desde aquel mágico día en el que compartimos prácticamente todas las fases del día, la mañana, el mediodía, el atardecer, el anochecer, y el amanecer si hubiésemos hecho caso a nuestras ganas del otro, aunque casi lo vivimos juntos pues estuvimos hablando casi toda la noche, mientras yo hacía la maleta y me preparaba para mi marcha, mientras tú entendías, según decías, que me marchara, pero te tocaba hondo mi partida.

fue hace un año cuando nos separamos y, creo y espero que inconscientemente, todo empezó a cambiar. te alejaste (no sé si para siempre) porque no soportabas el tenerme tan lejos, 2500km que soñamos muchas veces en recorrer cualquiera de los dos para reencontrarnos, 2500km que no consiguieron apagar mi llama. se apagó por otras razones, no por la distancia.

no me arrepiento de nada, pues nunca me he arrepentido de mis decisiones porque, como alguien me enseñó una vez, vale más arrepentirse de lo que haces que no de lo que no has hecho. sin embargo, a veces me da por pensar si, en aquel momento, hubiese cambiado la decisión que había tomado meses antes y hubiese decidido quedarme contigo, las cosas hubiesen cambiado de la misma manera. sé que igual no hubiese sido, habríamos vivido muchos más momentos juntos, nos habríamos conocido un poco (o bastante) más, quizá seguiríamos juntos (o quizá no), pero también me hubiese perdido muchas otras cosas que he vivido y aprendido solo por el hecho de no estar contigo, por lo que no puedo arrepentirme de haberme ido aquel día. tampoco puedo, ni quiero, culparnos de nada; ni a ti por actuar de aquella manera, ya que fue unida a mi decisión, ni a mi por hacer lo que debía, pues era algo que llevaba años buscando, una oportunidad.


hoy por hoy, tengo muy claro que las oportunidades sólo vienen una vez, más adelante vendrán otras, diferentes (éso seguro), pero las que vienen lo hacen de manera única.
hace un año, me surgieron dos oportunidades muy importantes para mí, por no decir las más importantes, un amor y un trabajo. tuve que decantarme por una de ellas. normalemente me dejo llevar por el corazón, en aquella ocasión también lo hice, pues aunque elegí el trabajo me llevé al amor conmigo, a pesar de la distancia seguimos juntos por un tiempo. no sé qué hubiera pasado de haberme quedado con la otra, éso ya me da igual. sé lo que pasó por hacer lo que en ese momento creía que era lo correcto, y como confío en el amor sé que volverá, aunque sea con otro cuerpo.


y, sin saber por qué, hoy te he vuelto a nombrar...