martes, 9 de junio de 2009

¿Por qué no escribir de ti?

¿Por qué escribir de penas y corazones malheridos?
De llantos, de días grises, de cosas que cambiarías,
de deseos, de anhelos.

¿Por qué hablar del pasado?
De épocas que creíamos mejores,
de sentimientos lejanos, los cuales añoramos,
de personas que estuvieron cerca y ya no lo están,
de caricias que ya nunca más volverán.

¿Por qué no centrarse en el presente?
En el momento en que nos cruzamos,
en mi sonrisa resurgida de sus propias cenizas,
en el brillo de nuestros ojos,
en los abrazos, las miradas,
las palabras que intercambiamos.

¿Por qué no escribir de alegrías?
Del color de tus ojos, de la fuerza que me regalas,
del calor de tus abrazos, de mi risa nerviosa cada vez que me miras.
De los planes, de las ganas,
de la ilusión de estar contigo.


Y así podría continuar un buen rato
porque has venido para dar sentido a todo lo que no lo tenía,
para llenar mis días de alegrías.


Gracias, pequeño!