miércoles, 28 de mayo de 2008

pause

dos siluetas fundiéndose en abrazos, compartiendo el mismo alma.
dos miradas fijas en la misma dirección, tan lejana pero tan alcanzable.
un reloj que se para justo en ese momento que, más que un momento, son muchos enmarcados en una misma historia. un recuerdo quizá ya demasiado olvidado. desgastado, más que olvidado, de tanto pensarlo.
felicidad compartida que parece infinita.

pause.

ah no, que éso no existe.

y las agujas del reloj vuelven a echar a andar, aunque nunca dejasen de hacerlo, o aunque quisiese que se parasen por un tiempo...

martes, 27 de mayo de 2008

cansancio

Casancio. Dices que te sientes cansado. ¿Cansado de qué? Cansado de todo.
Cansado de ver cómo marchitan las flores a pesar de ser el comienzo de la primavera. De no ser capaz de saciar tu sed de soñar despierto. De observar la vida pasar sin poder retener aquello por lo que luchaste, aquella persona por la que soñaste. Te sientes cansado de salir a la calle y ver caras tristes, almas que corren de aquí para allá sin saber muy bien qué es lo que persiguen, miradas caídas, sonrisas perdidas.
Yo no sé qué responder. Te entiendo, te digo, mientras intento cogerte la barbilla para que levantes la mirada y observes por un instante lo que pasa al otro lado de la calle. Entonces te encuentras a unos niños jugando con una pelota; se les ve felices - me dices. Luego descubres a una pareja mirándose - y a ellos también. Y cuando estás a punto de preguntar qué es lo que quería que vieses, ves a una mujer mayor que anda con bastón y que va sonriendo. Posiblemente esté pensando en su primera nieta, a la cual verá en cuestión de minutos y a la que podrá coger con sus débiles manos que se harán más fuertes que nunca. O quizá vaya pensando en algún recuerdo de hace algunos años, cuando era una adolescente que había dejado de creer en los sueños, pero que un día alguien supo levantarle la barbilla para que descubriese lo que había delante de ella. A partir de aquel momento nunca más dejó de soñar, porque gracias a aquella persona aquel día podría ver a su nieta.
¿Cruzamos?-me dijiste.Y allí nos plantamos, al otro lado de la calle, donde todo parecía más fácil, más accesible.

lunes, 26 de mayo de 2008

flechazos

- ¿Sabes qué? Nunca creí en los flechazos, pues me parecía imposible que dos personas se enamorasen de la noche a la mañana.

- Claro, es que imposible enamorarse tan pronto, eso lleva su tiempo, es demasiado complejo. Lo que sí es posible, y he vivido, que dos desconocidos sientan que se conocen de toda la vida, que desde el primer momento uno al lado del otro se sientan tan cómodos y tan comprendidos que se puede hablar de cualquier cosa sin temer la respuesta, y que las respuestas que se quieren escuchar sean exactamente las que la otra persona está pronunciando en ese momento.

- Justamente a eso me refería, a abrazos que surgen de lo más hondo del alma con la necesidad de dárselos a la persona que acabas de conocer, a la que apenas conoces. A miradas que hablan por sí solas y de las cuales te cuesta separarte. A conversaciones inventadas en cualquier cuento escrito sólo para nosotros.

- Sí. Yo también pienso que lo nuestro ha sido un cuento. Pero yo sí que creo en los flechazos.

- Y yo ahora también, tú me enseñaste su significado.

viernes, 23 de mayo de 2008

esperanza mañanera

por favor, que no pierda nunca la ilusión, que pase lo que pase siempre tenga un halo de esperanza que tire de mi hacia aquello por lo que quiera luchar en cada momento.

ese es mi mayor miedo, la falta de ilusión, el abandono a la suerte, la pérdida de motivación.

y quiero gritar al mundo entero que luche también, que no caiga en rutinas innecesarias que no llevan a nada, que busquen para encontrar, y que sigan buscando cuando lo hayan encontrado, porque sólo así podrán descubrir nuevos soles que les hagan dar un nuevo paso en el camino.

sé que hay pasos muy difíciles, pero también hay otros que damos sin apenas esfuerzo, por eso no hay que desesperar en los momentos más duros, hay que sacar sonrisas aunque a simple vista se crea que no puede haberlas.

fabriquemos barcos que nos lleven lejos, donde queremos llegar, no que nos hundan a la mínima de cambio. y no caigamos en la monotonía de los días comunes; busquemos por lo que vivir, no a largo plazo, sino cada día, con cada despertar...

miércoles, 21 de mayo de 2008

donde quiera que estés

no me he visto con fuerzas hasta ahora para hablar de ti. pero creo que ha llegado el momento de romper las barreras que surgen siempre con un acontecimiento de este tipo.

son muchas las cosas que recordaré de ti siempre, entre ellas tu risa contagiosa, tu sonrisa, más bonita que ninguna, tus andares, tus abrazos, tu ilusión por vivir, tu lucha por cambiar las cosas y aportar algo a la vida, tu granito de arena. son demasiados los adjetivos que podría decir que te identifiquen, todos ellos buenos, no porque te hayas ido y te quiera hacer la pelota, sino porque de verdad que lo son. eras un grande y lo serás siempre en nuestros corazones.

te fuiste en lo mejor de la vida, precisamente porque a la edad de 23 años se está así, lleno de vida; sin embargo, algo decidió que era tu momento y, aunque sea muy triste, sé que te has ido cargadito de vivencias y de sueños alcanzados. porque tu no te conformabas tan sólo con soñar, tu eras de los que hacían realidad sus sueños a base de empeño y de ganas, las cuales las sacabas de cualquier parte. has sido muy valiente, Pablo, por arriesgarte a vivir lo que querías vivir, y estoy segura, como dijo nuestro amigo Neibil, que te encuentras entre las estrellas persiguiendo cometas, porque a ti el mundo se te quedaba pequeño y querías más, mucho más.

hoy hay una luna llena preciosa dándome las buenas noches, y sin saber porqué te imagino sentado en ella, con los pies colgando, y una sonrisa de tonta se me dibuja en la cara.


hasta siempre amigo, descansa en paz en tu selva amada, la única que pudo despedirse de ti...


nos vemos en cualquier parte

martes, 20 de mayo de 2008

recuperando la consciencia

hoy me levanté con ganas de cambiar la rutina de mis últimos días. el tiempo me ayudó a cambiarla, pues después de dos semanas de sol, volvía a amanecer lloviendo, obligándome a retomar costumbres que llevaba sin hacer dos meses.

decidí dejar aparcada la bici en la puerta de casa y coger el autobús. cogí un libro que llevaba mucho tiempo sin abrir, un libro que dejé a medias. me fuí a la parada impulsada por la inercia.

una vez en el autobús empecé a ser consciente de muchas cosas. me di cuenta de que era capaz de ir leyendo, sin mirar por el cristal, y saber perfectamente en qué punto del recorrido me encontraba. "ahora girará a la derecha"- me sorprendí diciendome interiormente. en ese momento dejé de leer, levanté la mirada y fui consciente de lo que había cambiado esta ciudad en estos casi diez meses.

todo ha cambiado interiormente, pues para mí ya no significan lo mismo las calles de este barrio que creía perdido cuando llegué en agosto del año pasado; ahora tienen un valor que nunca creí que llegarían a tener. pero también han cambiado mucho físicamente desde la última vez que las recorrí en autobús, pues aquí la primavera va con retraso y es ahora cuando soy consciente de lo verdes y frondosos que están los árboles, los cuales invaden las calles, impidiendo en ocasiones que el sol llegue al asfalto. sentí que el recorrido de esta mañana era como un recorrido por todo lo vivido durante este año por estos lugares, como si se tratase de una película vista a través de los cristales de un autobús turístico. y entonces me dio un ligero vuelco al descubrir que quizá esa era mi despedida, que quizá ese era mi último trayecto en autobús.

al salir del trabajo decidí hacer parte del trayecto de vuelta a casa andando, algo que llevaba sin hacer el mismo tiempo que el ir en autobús por las mañanas. volví a ser consciente, con cada paso, de lo que ha cambiado la ciudad en todo este tiempo; me sentí segura, pero a la vez en otro lugar diferente, pues de verdad que es increíble lo que puede cambiar esta ciudad del invierno al verano, de los días soleados, a los lluviosos y grises.

y en esas iba pensando cuando ocurrió el momento más dulce en mucho tiempo. según iba redescubriendo mi ciudad, porque la considero parte de mí, me adelantaba por mi izquierda una pareja de daneses (por el rubio de su pelo) montados en bici y cogidos de la mano. me pareció increíble como podían ir a esa velocidad, tan cerca el uno de otro, sin caerse. "Cómo se van a caer, se sujetan el uno al otro"- pensé después. continué andando siguiéndoles con la mirada, era tan bonito. entonces, de buenas a primeras, se despidieron, apenas sin bajarse de la bici, el chico siguió de frente, y ella prefirió girar a la izquiera. fue algo tan rápido, pero a la vez fue acompañado de un silencio tan dulce (porque si esta ciudad se caracteriza por algo es por el silencio y la calma que desprende) que cuando quise darme cuenta me encontré con la mirada de otra chica que sin duda alguna había visto lo mismo que yo. entonces nos sonreímos, felices por haber visto lo que habíamos visto, que no era otra cosa que una muestra del amor que somos capaces de desprender los humanos.

por fin llegué a la parada para coger el autobús que me llevaría de vuelta a casa, y entonces, al girar la cabeza, me encontré a mi vecino sonriéndome a lo lejos y con los brazos abiertos , y no pude evitar salir corriendo a abrazarle. como aquella pareja que minutos antes se había despedido.

finalmente, el día fue mejor de lo que pensaba cuándo decidí que hoy sería un día distinto. me alegro pues de haber tomado aquella decisión y haber cambiado la rutina. a veces viene bien hacerlo.

domingo, 18 de mayo de 2008

largos silencios

casi un mes de silencios es demasiado para alguien cuyo consuelo reside en gran parte en la libertad de escribir sentimientos, los suyos claro.

casi un mes de extrañas sensaciones que no sé muy bien cómo describir, pero que me han dejado muda por un tiempo, callando todas aquellas ganas por escribir que había recuperado este tiempo atrás.

la última vez que escribía lo hacía para transmitir, o al menos intentarlo, la tranquilidad que me da este lugar, cómo tan sólo despertando aquí era feliz. sin embargo una noticia que llegó desde muy lejos cayó como un jarro de agua fría sobre mí y me dejó así, petrificada, sin saber cómo actuar, sin poder seguir con esa calma de los últimos meses.

quiero recuperar mis palabras, no puedo esperar más sin expresarme porque siento que de no hacerlo este cerrojo cada vez será más fuerte, impidiéndome poder abrirlo de nuevo.

por eso hoy he decidido forzar la situación y ponerme a escribir, que aunque no me gusta forzarlo, hay veces que no hay otra solución que obligarte a salir de la rutina...


espero ir recuperando poco a poco la voz y las palabras