jueves, 18 de diciembre de 2008

La Musa de la Biblioteca

Aquí viene la "sorpresa", el viernes pasado me presenté a mi primer concurso literario... quería esperar a saber el resultado, pero me adelanto, ya os diré cuál ha sido... Espero que os guste...

"Cuentan las malas lenguas que la vieron vagar por las calles de Madrid tiempo atrás. La verdad, su verdad, era que desde que había perdido a su marido se encontraba sumergida en un estado de inconsciencia que no le permitía establecerse un futuro, ni siquiera un presente. Su rutina se basaba en permanecer en cama hasta bien entrada la tarde, debido en gran medida a la somnolencia provocada por el vacío instaurado en el lado derecho de la cama. Un vacío que no conseguiría llenar nunca. O eso era lo que pensaba por aquel entonces.

Cada día se repetía la misma historia, el mismo final. Despejarse de los malos sueños le costaba demasiado, aquellas pesadillas le dificultaban mucho el dormir, por miedo a verse al otro lado, en alguna parte, llorando su ausencia; o lo que era peor, verle a él, haciendo alguna de las actividades que solía hacer en vida. Ese mismo miedo era el que le hacía despertarse repetidas veces a lo largo de la noche para descubrir que lo que estaba viviendo no era más que un sueño; un sueño demasiado esperado.

Cuando por fin conseguía levantarse, se limitaba a engañar a su estómago con cualquier comida rápida que encontrase en la nevera. La verdad que ya ni siquiera dedicaba tiempo a cocinar; su marido se había llevado con él todas sus ilusiones, todas sus ganas de hacer cosas, incluso su paciencia para dedicar horas y horas innovando recetas. Ya no tenía sentido, pues ya no tenía a nadie a quien cocinar; él nunca más probaría sus recetas. Esa dejadez era la causa de su pérdida de peso; ya ni siquiera se miraba al espejo para comprobar su estado; ya no le importaba su aspecto, ni siquiera su salud.

Sólo había un motivo para salir a la calle a diario, y ese era el paseo revitalizador por el Madrid de los Austrias, por aquellas calles por las que solían pasear juntos, cogidos de la mano.

Aquel 26 de noviembre, aunque ella no lo sabía, marcaría un nuevo comienzo. Dos horas eran las que llevaba caminando por las calles de siempre, buscando recuerdos, encontrando sonrisas, desprendiendo alguna lágrima también. Sin embargo, había algo en el ambiente que la impedía volverse a casa. En un momento dado, pasó por delante de una pequeña tienda de libros de segunda mano y una imagen se le vino a la memoria.

Un día del invierno anterior, habían estado juntos en ese mismo lugar; su marido se había detenido ante aquel escaparate al descubrir un libro que le llamó la atención. “Mi musa. Mi vida”. Ella no entendía por qué su marido se había parado y menos aún por qué sonreía mientras miraba unos libros, así que le dio un pequeño tirón de brazo para que continuasen con su paseo. Pero de repente él le dijo: “¿Sabes? Tú siempre serás mi musa, pues eres mi vida”. Ella soltó una carcajada frente a la cursilería de su marido, la cual siempre le sorprendía.

Hasta ese mismo 26 de noviembre no había vuelto a recordar aquella escena, pero allí estaba, de nuevo, frente al mismo escaparate, esta vez sola y con nuevos títulos expuestos delante de ella. Su mirada fue pasando por todos los libros, hasta que se detuvo frente a uno de ellos. “A ti, mi princesa”. Aquel título le provocó un vuelco en su interior, pues de repente era como si su marido estuviese allí repitiendo esas mismas palabras, mientras sus rostros se reflejaban en aquel viejo escaparate. Inconscientemente entró en la tienda y compró el libro.

Desde aquella tarde algo en ella cambió. Al llegar a su casa fue directamente a mirarse en el espejo roto de su habitación y vio reflejado lo que se asemejaba más a un espectro que a una mujer. Sus ojeras y sus huesos estaban más marcados de lo que lo estaban la última vez que consiguió mirarse en él. Entonces volvió a acordarse de su marido, de lo enfadado que estaría con su musa por haberse dejado tanto; y eso le causó una angustia que le hizo reaccionar. Aquel mismo día decidió empezar a cuidarse de nuevo, volver a cocinar. También pensó que los libros se convertirían en una forma de estar más cerca de su marido, ya que eran ellos los que lograban inspirarle a él, pues la lectura siempre fue su mayor afición.

Así, una nueva rutina llegó a la vida de Eva. Poco a poco fue perdiendo el miedo a enfrentarse sola a la noche y a soñar con él, fue consiguiendo aprovechar más los días y dedicarse a la escritura; escribiría un libro dedicado a su marido, pues él era su fuerza e inspiración. A partir de ese día, sus visitas a la biblioteca fueron cada vez más frecuentes, y así fue cómo se convirtió en “La Musa de la Biblioteca”, sumergida entre letras, puntos y comas."
FIN

domingo, 14 de diciembre de 2008

perdones y noticias

Me gustaría pedir perdón a aquellas personas que quizá me visiten con cierta frecuencia esperando encontrar algo nuevo, alguna nueva palabra que le regale un atisbo de esperanza, de complicidad, o de frescura. Ya he dicho varias veces, creo, que en los últimos tiempos, meses o, incluso, años, he perdido esa capacidad de escribir casi a diario, esa inspiración. Aunque bueno, más bien, no creo que la haya perdido, seguramente sólo esté agazapada entre otros quéhaceres esperando que vuelva a contar con ella, pues la verdad es algo que me calma y que, a la vez, llena mis sentidos.

Cada vez que os leo a alguno de vosotros, que es más frecuente de lo quizá penseis, mis ganas de expresarme se ven reavivadas, pero muchas veces no encuentro las palabras adecuadas y mis ganas se quedan en eso, en un simple intento de decir algo.

Desde aquí os aviso que me he propuesto dar vida a las letras más a menudo, sorprenderme plasmando mis ideas en papel como antes hacía y sorprenderos a vosotros también con ellas...

[Pronto tendreis la primera sorpresa]

jueves, 16 de octubre de 2008


así como el lado derecho de mi cara, me siento llena
llena de LUZ,
de proyectos,
de futuro, de pasado, de PRESENTE
de fuerza,
de sonrisas,
de ganas,
de ILUSIÓN

miércoles, 10 de septiembre de 2008

O no...

Quizá no sea verdad que estemos a tiempo,
quizá ni siquiera quiera estarlo,
quizá empiezo a ver que la esperanza es lo último que se pierde,
y quizá ya la haya perdido.
Y quizá también empiezo a entender que nuestra puerta está más cerrada que nunca...

pero no me importa
porque ahora, y sólo ahora, me siento con más ganas que nunca de abrir nuevas puertas,
de probar nuevos caminos,
de sentir nuevas vivencias...

martes, 2 de septiembre de 2008

Todavía estamos a tiempo

Déjate de dudas,
de si me quieres o no,
de si hubo una vez,
de lo que queda hoy.

Deja de alejarte,
deja de pensar,
que todavía estamos a tiempo
de mirarnos por última vez.

Y dirás-, "para qué vernos por última vez"
y la respuesta no es otra que esta:
"Mirarte por última vez,
es la única forma de saber si te he dejado de querer"

jueves, 28 de agosto de 2008

a ti, chico del tren...

Nos vemos cada mañana; tú comienzas tu día y yo vuelvo del trabajo. Yo, como no me gustan las rutinas, me siento cada día en un asiento, me cambio de vagón. Y tú, tú siempre me sigues. Unas veces te sientas en frente mía, y te quitas los cascos al saludarme quizá porque te apetece hablar un rato, amenizándonos así el trayecto. Te veo de reojo buscar el momento de empezar a hablar, pero los nervios me hacen hacerme la tonta y evitar la conversación. Otras veces, supongo que cansado de que maneje este juego a mi antojo, te cambias de lugar, a unos asientos de distancia (como hoy, justo cuando estaba lanzada a hablarte); pero siempre estás ahí, pase lo que pase, dispuesto a despedirte hasta el día siguiente antes de bajarte, dispuesto a darme los buenos días.

Siento ser tan antipática a veces, sacando mi libro del bolso, o esquivando la mirada, haciendo así que te pongas de nuevo los cascos; pero bastó una conversación para que supieras demasiado de mí, y a mí me entró un miedo extraño, miedo a seguir contándote cosas, miedo a saber de tí para luego marcharme a otra ciudad.

Pronto dejaremos de cruzarnos cada día, y ni siquiera llegarás a leer ésto. Aún así te doy las gracias, gracias por haber estado ahí, en las mañanas de Barcelona... Siento no habernos dicho hasta pronto... Qué vaya bien!

lunes, 25 de agosto de 2008

al amor, en tiempos de oro

sé que andas en alguna parte, que quizá otros ojos te estén mirando en estos momentos de manera un tanto especial (tú siempre miras de manera especial), que quizá los tuyos y los suyos compartan algo más que un sol de medianoche.

puede que los míos te busquen y no te encuentren. pero te encontrarán.

sé que no puedes estar muy lejos, que no has podido irte para no regresar jamás. volverás, que las huellas de tus dedos no sobrevivirán si no hay nadie que las lea, que las palpe para no olvidarlas jamás, para no dejarte escapar.

puede que las huellas de los míos no estén siendo descifradas. pero lo serán.


no puedo ponerte nombre de persona, aunque quisiera, pero sé que pronto también podré llamarte por tu nombre, y por el suyo...porque eres lo más grande...

domingo, 3 de agosto de 2008

sin saber por qué

ayer fue un día de esos en los que de repente, y sin saber por qué, distintos hechos ocurrieron en el mismo momento haciendo que el tiempo se parase. el encontrarme sola en casa, con tiempo para pensar. el recibir las palabras de tres amigos del mismo grupo, amigos que no puedo ver día a día, pues cada uno se encuentra en una parte del mundo. hubo palabras sentidas, palabras proponiendo nuestro reencuentro, palabras de una de ellas recordándome que ayer, justo ayer, hacía un año que nos conocimos, un año de que una de las experiencias más importantes de mi vida comenzase. y ahora, un año después, queda ya muy atrás, aunque el recuerdo siga vivo. y también volví a sentir la necesidad de levantarme a escribir sentimientos cuando estaba casi dormida, lo cual no me pasaba desde hacía meses.

ayer también me volví a acordar de ti, después de un cierto tiempo. otra vez la casualidad quiso que encontrase una actualización tuya en el fotolog, después de casi un año sin actualizar, después de mucho tiempo sin revivir. el ver tu mirada de nuevo no me dejó indiferente, me hizo sentir algo que no sé muy bien explicar, pues tampoco puedo decir que fuera lo que sentía antes cada vez que te veía en alguna foto.

unos días antes se cumplió un año desde aquel mágico día en el que compartimos prácticamente todas las fases del día, la mañana, el mediodía, el atardecer, el anochecer, y el amanecer si hubiésemos hecho caso a nuestras ganas del otro, aunque casi lo vivimos juntos pues estuvimos hablando casi toda la noche, mientras yo hacía la maleta y me preparaba para mi marcha, mientras tú entendías, según decías, que me marchara, pero te tocaba hondo mi partida.

fue hace un año cuando nos separamos y, creo y espero que inconscientemente, todo empezó a cambiar. te alejaste (no sé si para siempre) porque no soportabas el tenerme tan lejos, 2500km que soñamos muchas veces en recorrer cualquiera de los dos para reencontrarnos, 2500km que no consiguieron apagar mi llama. se apagó por otras razones, no por la distancia.

no me arrepiento de nada, pues nunca me he arrepentido de mis decisiones porque, como alguien me enseñó una vez, vale más arrepentirse de lo que haces que no de lo que no has hecho. sin embargo, a veces me da por pensar si, en aquel momento, hubiese cambiado la decisión que había tomado meses antes y hubiese decidido quedarme contigo, las cosas hubiesen cambiado de la misma manera. sé que igual no hubiese sido, habríamos vivido muchos más momentos juntos, nos habríamos conocido un poco (o bastante) más, quizá seguiríamos juntos (o quizá no), pero también me hubiese perdido muchas otras cosas que he vivido y aprendido solo por el hecho de no estar contigo, por lo que no puedo arrepentirme de haberme ido aquel día. tampoco puedo, ni quiero, culparnos de nada; ni a ti por actuar de aquella manera, ya que fue unida a mi decisión, ni a mi por hacer lo que debía, pues era algo que llevaba años buscando, una oportunidad.


hoy por hoy, tengo muy claro que las oportunidades sólo vienen una vez, más adelante vendrán otras, diferentes (éso seguro), pero las que vienen lo hacen de manera única.
hace un año, me surgieron dos oportunidades muy importantes para mí, por no decir las más importantes, un amor y un trabajo. tuve que decantarme por una de ellas. normalemente me dejo llevar por el corazón, en aquella ocasión también lo hice, pues aunque elegí el trabajo me llevé al amor conmigo, a pesar de la distancia seguimos juntos por un tiempo. no sé qué hubiera pasado de haberme quedado con la otra, éso ya me da igual. sé lo que pasó por hacer lo que en ese momento creía que era lo correcto, y como confío en el amor sé que volverá, aunque sea con otro cuerpo.


y, sin saber por qué, hoy te he vuelto a nombrar...

jueves, 24 de julio de 2008

el ciclo (o ciclos) de la vida

tendemos a pensar que los cambios son malos, que que toda tu rutina cambie total,o parcialmente, no puede tener ningún sentido. pero lo tiene, es cierto que en un principio descoloca bastante, en ocasiones, pero todo ocurre por algo. quizá hoy no lo entiendas, no sepas encajar los palos de la vida, los fracasos, las decisiones que otras personas toman sin tenerte en cuenta, afectándote mucho más si cabe; pero de todo ello se aprende, es más, no sé por qué solemos aprender más de las cosas "malas" (o que no salen cómo nosotros quisiéramos), que de las que van sobre ruedas; será precisamente por éso, porque ante lo que no nos cuesta esfuerzo alguno pasamos como si nada.

sin embargo de ciclos está llena la vida y los ciclos se llaman así por algo, y pasar de uno a otro requiere un cambio, por mínimo que sea...

unos ciclos duran meses, años, otros tan solo días, horas. a veces esos ciclos más cortos forman parte de otro más duradero, otras veces son tan intensos, tan significativos que ellos por sí solos se valen para constituir una etapa de tu vida.


yo podría decir que mi último ciclo cambió, evolucionó en otro (me cuesta demasiado decir que se cerró) hace un mes, cuando cerré la puerta de la casa desde la que he soñado y vivido durante un año. dentro de ese periodo de tiempo he pasado por distintas etapas, unas mejores, otras peores, pero de todas ellas he aprendido muchísimo y, aunque en ocasiones pensé en tirar la toalla, aguanté, y esa decisión ha sido la que más me ha enseñado en mi vida, porque a partir de decidir quedarme y tirar del carro ha sido cuando empecé a ser consciente de lo que ello conllevaba, de los aprendizajes que estaba viviendo.

días antes de partir a Dinamarca, lugar en el que he vivido el año del que hablaba, empezó otro ciclo que sin duda cambió mi vida, al menos por un tiempo, no sé si para siempre. posiblemente ha sido uno de los ciclos que más me ha marcado y que me marque nunca, porque llevaba tatuada la palabra amor con letras gruesas, y el amor es un pilar en mi vida (como supongo que le ocurre a casi todo el mundo). no sé exactamente en qué momento se cerró ese ciclo, a veces (muchas) siento que sigue abierto, que aún existe un último capítulo en aquella historia, que quizá sea el primero de otro nuevo ciclo. pero eso no lo sabré de momento.

y todo este rollo venía porque esta mañana, que parecía que sería una más, igualita prácticamente al resto de mañanas del mes de julio, una llamada ha creado un nuevo ciclo, esta vez de los cortos, aunque quién sabe.

parece que la historia se repite, pues volveré un verano más a la misma ciudad que hace tres años, cuando una adolescente con ansias de locuras pero con pocas a sus espaldas y muchos miedos, se lanzaba a la aventura de irse a trabajar a otra gran ciudad, Barcelona. ahora, tres años después, con unas cuantas locuras realizadas, aún con miedos (aunque puede que alguno menos) y más responsabilidades, vuelvo a la misma ciudad, al mismo trabajo, supongo que con la misma gente, con los mismos (o parecidos) hábitos, a la misma casa. eso sí, con las mismas ganas, o más, y dispuesta a seguir creando ciclos.


y mientras... pensando y decidiendo cuál será el próximo, pues lo habrá, éso siempre...


[siento todo este rollo]

jueves, 17 de julio de 2008

cuestión de prioridades

sentirse bien es una cuestión de prioridades. cuando te marcas altos objetivos, muchas veces inalcanzables, puede surgir una sensación de pérdida de tiempo, de sentirse inútil por no poder siquiera alcanzar lo que se quiere. sin embargo, cuando te propones disfrutar de cada pequeño paso, de cada pequeño detalle, de cada pequeño obstáculo superado que, a la larga, nos hará superar otros mayores, es entonces cuando uno se siente bien, lleno.

viernes, 20 de junio de 2008

qué raro es esto...

derepente un día te despiertas en otra cama, la tuya, esa que hace tiempo cambiaste por otra, la recuperas y te sientes rara y bien a partes iguales. te asomas al balcón y la gente que pasea por la calle habla un lenguaje que entiendes perfectamente. buscas cualquier cosa en la cocina y te equivocas de cajón, esperas encontrarlo dónde estaba la última vez que lo buscaste, pero de eso hace ya mucho tiempo, más bien hay mucha distancia, pues ya no es la misma casa, ya no es la vida que has vivido los últimos meses, ya no la compartes con la misma gente, ¿dónde se habrán metido? y descubres que cada una de las personas con las que hacías tu vida hasta tan sólo unas horas antes comienza un nuevo camino de forma independiente. te da pena porque sabes que nada será nunca lo mismo, no volvereis a compartir el mismo techo, ni los mismos planes. pero te da alegría saber que el mundo es más pequeño de lo que creías, que unas veces por casualidad y otras a propósito, volverás a cruzarte con ellas; alegría también por saber que tienes nuevas personas en tu vida con las que volverte a cruzar, que juntos habeis creado fuertes lazos. inseparables.
toda esa alegría no evita que siga siendo raro. el pensar en un pasado cercano y verlo tan lejano ya, pero a la vez sentirlo presente. que todo sea más fácil de lo que parecía que sería cuando estabas tan lejos y te planteabas este momento.
es tan raro caminar por inercia por lugares que no pisabas desde hacía mucho tiempo, algunos incluso nunca los llegaste a pisar, y sin embargo, ahora te resulta todo tan familiar, que cuesta creerlo.
supongo que esto se debe a que las ciudades siguen dentro de ti por siempre, como si alguien hubiese dibujado alguna vez un mapa de ellas en tu interior y no se borrase nunca.

jueves, 12 de junio de 2008

y cuando decir adiós se antoja imposible

nunca me han gustado las despedidas; son un momento de la vida en el que nunca sé qué decir, me quedo en blanco.

"nos vemos a la vuelta", suelo decir cuando sé que es temporal. y ahora, sólo ahora, me doy cuenta de lo fácil que resultaba decir aquella frase. lo difícil es hablar cuando sabes que no volverás a ese lugar, que la gente de la que te despides tampoco lo hará, y que ese lugar dejará de ser lo que es porque el día que vuelvas, si es que lo haces, habrá cambiado tanto que ya no verás caras conocidas, sólo te cruzarás con recuerdos de lo que fue y dejó de ser.

es por eso que no me gusta volver a los lugares en los que he sido feliz, porque prefiero quedarme con aquel bonito recuerdo antes que taparlo con otros nuevos, aunque sean también buenos. pero todo depende de la compañia, pues si se vuelve con las mismas personas puede llegar a ser mucho mejor si cabe.

quizá esta vez lo mejor sea volverse a despedir como si fuéramos a vernos a la vuelta de las navidades o de cualquiera de nuestros viajes.

"nos vemos, pues, a la vuelta, hermanos"

miércoles, 11 de junio de 2008

y cuando llueve sobre mojado...

... y una ráfaga de viento amenaza con llevárselo todo por delante

es en ese momento, justo en ese,
cuando hay que volar con el paragüas,
protegerse contra el frío,
arroparse con sonrisas
y abrigarse con abrazos

miércoles, 28 de mayo de 2008

pause

dos siluetas fundiéndose en abrazos, compartiendo el mismo alma.
dos miradas fijas en la misma dirección, tan lejana pero tan alcanzable.
un reloj que se para justo en ese momento que, más que un momento, son muchos enmarcados en una misma historia. un recuerdo quizá ya demasiado olvidado. desgastado, más que olvidado, de tanto pensarlo.
felicidad compartida que parece infinita.

pause.

ah no, que éso no existe.

y las agujas del reloj vuelven a echar a andar, aunque nunca dejasen de hacerlo, o aunque quisiese que se parasen por un tiempo...

martes, 27 de mayo de 2008

cansancio

Casancio. Dices que te sientes cansado. ¿Cansado de qué? Cansado de todo.
Cansado de ver cómo marchitan las flores a pesar de ser el comienzo de la primavera. De no ser capaz de saciar tu sed de soñar despierto. De observar la vida pasar sin poder retener aquello por lo que luchaste, aquella persona por la que soñaste. Te sientes cansado de salir a la calle y ver caras tristes, almas que corren de aquí para allá sin saber muy bien qué es lo que persiguen, miradas caídas, sonrisas perdidas.
Yo no sé qué responder. Te entiendo, te digo, mientras intento cogerte la barbilla para que levantes la mirada y observes por un instante lo que pasa al otro lado de la calle. Entonces te encuentras a unos niños jugando con una pelota; se les ve felices - me dices. Luego descubres a una pareja mirándose - y a ellos también. Y cuando estás a punto de preguntar qué es lo que quería que vieses, ves a una mujer mayor que anda con bastón y que va sonriendo. Posiblemente esté pensando en su primera nieta, a la cual verá en cuestión de minutos y a la que podrá coger con sus débiles manos que se harán más fuertes que nunca. O quizá vaya pensando en algún recuerdo de hace algunos años, cuando era una adolescente que había dejado de creer en los sueños, pero que un día alguien supo levantarle la barbilla para que descubriese lo que había delante de ella. A partir de aquel momento nunca más dejó de soñar, porque gracias a aquella persona aquel día podría ver a su nieta.
¿Cruzamos?-me dijiste.Y allí nos plantamos, al otro lado de la calle, donde todo parecía más fácil, más accesible.

lunes, 26 de mayo de 2008

flechazos

- ¿Sabes qué? Nunca creí en los flechazos, pues me parecía imposible que dos personas se enamorasen de la noche a la mañana.

- Claro, es que imposible enamorarse tan pronto, eso lleva su tiempo, es demasiado complejo. Lo que sí es posible, y he vivido, que dos desconocidos sientan que se conocen de toda la vida, que desde el primer momento uno al lado del otro se sientan tan cómodos y tan comprendidos que se puede hablar de cualquier cosa sin temer la respuesta, y que las respuestas que se quieren escuchar sean exactamente las que la otra persona está pronunciando en ese momento.

- Justamente a eso me refería, a abrazos que surgen de lo más hondo del alma con la necesidad de dárselos a la persona que acabas de conocer, a la que apenas conoces. A miradas que hablan por sí solas y de las cuales te cuesta separarte. A conversaciones inventadas en cualquier cuento escrito sólo para nosotros.

- Sí. Yo también pienso que lo nuestro ha sido un cuento. Pero yo sí que creo en los flechazos.

- Y yo ahora también, tú me enseñaste su significado.

viernes, 23 de mayo de 2008

esperanza mañanera

por favor, que no pierda nunca la ilusión, que pase lo que pase siempre tenga un halo de esperanza que tire de mi hacia aquello por lo que quiera luchar en cada momento.

ese es mi mayor miedo, la falta de ilusión, el abandono a la suerte, la pérdida de motivación.

y quiero gritar al mundo entero que luche también, que no caiga en rutinas innecesarias que no llevan a nada, que busquen para encontrar, y que sigan buscando cuando lo hayan encontrado, porque sólo así podrán descubrir nuevos soles que les hagan dar un nuevo paso en el camino.

sé que hay pasos muy difíciles, pero también hay otros que damos sin apenas esfuerzo, por eso no hay que desesperar en los momentos más duros, hay que sacar sonrisas aunque a simple vista se crea que no puede haberlas.

fabriquemos barcos que nos lleven lejos, donde queremos llegar, no que nos hundan a la mínima de cambio. y no caigamos en la monotonía de los días comunes; busquemos por lo que vivir, no a largo plazo, sino cada día, con cada despertar...

miércoles, 21 de mayo de 2008

donde quiera que estés

no me he visto con fuerzas hasta ahora para hablar de ti. pero creo que ha llegado el momento de romper las barreras que surgen siempre con un acontecimiento de este tipo.

son muchas las cosas que recordaré de ti siempre, entre ellas tu risa contagiosa, tu sonrisa, más bonita que ninguna, tus andares, tus abrazos, tu ilusión por vivir, tu lucha por cambiar las cosas y aportar algo a la vida, tu granito de arena. son demasiados los adjetivos que podría decir que te identifiquen, todos ellos buenos, no porque te hayas ido y te quiera hacer la pelota, sino porque de verdad que lo son. eras un grande y lo serás siempre en nuestros corazones.

te fuiste en lo mejor de la vida, precisamente porque a la edad de 23 años se está así, lleno de vida; sin embargo, algo decidió que era tu momento y, aunque sea muy triste, sé que te has ido cargadito de vivencias y de sueños alcanzados. porque tu no te conformabas tan sólo con soñar, tu eras de los que hacían realidad sus sueños a base de empeño y de ganas, las cuales las sacabas de cualquier parte. has sido muy valiente, Pablo, por arriesgarte a vivir lo que querías vivir, y estoy segura, como dijo nuestro amigo Neibil, que te encuentras entre las estrellas persiguiendo cometas, porque a ti el mundo se te quedaba pequeño y querías más, mucho más.

hoy hay una luna llena preciosa dándome las buenas noches, y sin saber porqué te imagino sentado en ella, con los pies colgando, y una sonrisa de tonta se me dibuja en la cara.


hasta siempre amigo, descansa en paz en tu selva amada, la única que pudo despedirse de ti...


nos vemos en cualquier parte

martes, 20 de mayo de 2008

recuperando la consciencia

hoy me levanté con ganas de cambiar la rutina de mis últimos días. el tiempo me ayudó a cambiarla, pues después de dos semanas de sol, volvía a amanecer lloviendo, obligándome a retomar costumbres que llevaba sin hacer dos meses.

decidí dejar aparcada la bici en la puerta de casa y coger el autobús. cogí un libro que llevaba mucho tiempo sin abrir, un libro que dejé a medias. me fuí a la parada impulsada por la inercia.

una vez en el autobús empecé a ser consciente de muchas cosas. me di cuenta de que era capaz de ir leyendo, sin mirar por el cristal, y saber perfectamente en qué punto del recorrido me encontraba. "ahora girará a la derecha"- me sorprendí diciendome interiormente. en ese momento dejé de leer, levanté la mirada y fui consciente de lo que había cambiado esta ciudad en estos casi diez meses.

todo ha cambiado interiormente, pues para mí ya no significan lo mismo las calles de este barrio que creía perdido cuando llegué en agosto del año pasado; ahora tienen un valor que nunca creí que llegarían a tener. pero también han cambiado mucho físicamente desde la última vez que las recorrí en autobús, pues aquí la primavera va con retraso y es ahora cuando soy consciente de lo verdes y frondosos que están los árboles, los cuales invaden las calles, impidiendo en ocasiones que el sol llegue al asfalto. sentí que el recorrido de esta mañana era como un recorrido por todo lo vivido durante este año por estos lugares, como si se tratase de una película vista a través de los cristales de un autobús turístico. y entonces me dio un ligero vuelco al descubrir que quizá esa era mi despedida, que quizá ese era mi último trayecto en autobús.

al salir del trabajo decidí hacer parte del trayecto de vuelta a casa andando, algo que llevaba sin hacer el mismo tiempo que el ir en autobús por las mañanas. volví a ser consciente, con cada paso, de lo que ha cambiado la ciudad en todo este tiempo; me sentí segura, pero a la vez en otro lugar diferente, pues de verdad que es increíble lo que puede cambiar esta ciudad del invierno al verano, de los días soleados, a los lluviosos y grises.

y en esas iba pensando cuando ocurrió el momento más dulce en mucho tiempo. según iba redescubriendo mi ciudad, porque la considero parte de mí, me adelantaba por mi izquierda una pareja de daneses (por el rubio de su pelo) montados en bici y cogidos de la mano. me pareció increíble como podían ir a esa velocidad, tan cerca el uno de otro, sin caerse. "Cómo se van a caer, se sujetan el uno al otro"- pensé después. continué andando siguiéndoles con la mirada, era tan bonito. entonces, de buenas a primeras, se despidieron, apenas sin bajarse de la bici, el chico siguió de frente, y ella prefirió girar a la izquiera. fue algo tan rápido, pero a la vez fue acompañado de un silencio tan dulce (porque si esta ciudad se caracteriza por algo es por el silencio y la calma que desprende) que cuando quise darme cuenta me encontré con la mirada de otra chica que sin duda alguna había visto lo mismo que yo. entonces nos sonreímos, felices por haber visto lo que habíamos visto, que no era otra cosa que una muestra del amor que somos capaces de desprender los humanos.

por fin llegué a la parada para coger el autobús que me llevaría de vuelta a casa, y entonces, al girar la cabeza, me encontré a mi vecino sonriéndome a lo lejos y con los brazos abiertos , y no pude evitar salir corriendo a abrazarle. como aquella pareja que minutos antes se había despedido.

finalmente, el día fue mejor de lo que pensaba cuándo decidí que hoy sería un día distinto. me alegro pues de haber tomado aquella decisión y haber cambiado la rutina. a veces viene bien hacerlo.

domingo, 18 de mayo de 2008

largos silencios

casi un mes de silencios es demasiado para alguien cuyo consuelo reside en gran parte en la libertad de escribir sentimientos, los suyos claro.

casi un mes de extrañas sensaciones que no sé muy bien cómo describir, pero que me han dejado muda por un tiempo, callando todas aquellas ganas por escribir que había recuperado este tiempo atrás.

la última vez que escribía lo hacía para transmitir, o al menos intentarlo, la tranquilidad que me da este lugar, cómo tan sólo despertando aquí era feliz. sin embargo una noticia que llegó desde muy lejos cayó como un jarro de agua fría sobre mí y me dejó así, petrificada, sin saber cómo actuar, sin poder seguir con esa calma de los últimos meses.

quiero recuperar mis palabras, no puedo esperar más sin expresarme porque siento que de no hacerlo este cerrojo cada vez será más fuerte, impidiéndome poder abrirlo de nuevo.

por eso hoy he decidido forzar la situación y ponerme a escribir, que aunque no me gusta forzarlo, hay veces que no hay otra solución que obligarte a salir de la rutina...


espero ir recuperando poco a poco la voz y las palabras

jueves, 24 de abril de 2008

sin más ni más

cada día me doy cuenta de que últimamente no tengo preocupaciones, salvo las del día a día, pero que aquí, en Dinamarca, ni siquiera esas tienen importancia, no me causan comederos de cabeza.
mis días pasan como tienen que pasar, sin planearlos, sin deducirlos, tan sólo dejando que pasen lo mejor posible, haciendo por que pasen de la mejor manera. lógicamente hay días mejores que otros, pero al final de cada uno me siento bien, satisfecha.
estos últimos están sucediéndose como si alguien los hubiese ordenado perfectamente, cada momento encaja perfectamente con el siguiente, y con el anterior.
largas conversaciones que surgen solas, largas tardes de descanso.
y el tiempo nos sigue dando tregua, así que hoy nos aprovecharemos de la playa y sus frías aguas, de sus paseos y de sus tardes casi de verano
hoy, seguiremos creando risas en buena compañia

miércoles, 23 de abril de 2008

tranquilidad

la felicidad depende del momento. ya no sólo porque unas veces se está más feliz que otras, sino porque depende del momento de tu vida la felicidad se encuentra en unas cosas o en otras, en unas personas o en otras, en unas actitudes o en otras.

nos solemos creer que las cosas más intensas son las que más felices nos hacen. y bueno, pues están muy bien y el tiempo que duran sí que es verdad que te hacen sentir la persona más feliz del mundo. pero por lo general tras ese momento cúspide viene un momento de bajada, de gran bajón podríamos decir, que normalmente tiene un efecto doblemente dañino, porque la caída es desde más altura. además, no se puede mantener esa intensidad mucho tiempo, porque se acaban las ideas, se agotan los porqués y los sentimientos se van apagando, posiblemente porque esos bajones ayudan a apagarlos.

y volviendo a lo de antes, seguramente en algún momento de tu vida necesitas esas subidas, esos bajones, aprender de las caídas, revivir con momentos intensos; pero, a la larga, es mejor una línea más o menos continua, que te de esa tranquilidad que no te dan las montañas rusas.

quizá sea eso lo que busque ahora. tranquilidad...


gracias pequeñuela por las sabidurías.
por compartir aprendizajes.
por seguir enseñándome.

[días perfectos. seguimos de soles y encantos]

martes, 22 de abril de 2008

de intensivo

no es que me haya olvidado de escribir, es que llevo un par de días que no tengo ni tiempo, aunque sé que para escribir siempre lo hay.
un domingo dominguero, con pic-nic al sol y juegos al aire libre; esta vez no me conforme con verlo desde fuera, sino que participé de las risas, me olvidé de los malestares físicos y las toses, y decidí disfrutar de la primavera.
lo que suele pasar cuando estás un día sin hacer nada es que se te acumulan los quéhaceres para el día siguiente. y eso fue lo que pasó el domingo. todo para dejar todo listo para recibir una visita importante, para recordar a qué sabe la amistad que nunca se ha ido.
y llegó. con algún que otra anécdota, pero la pequeña tami llegó, cargada con muchísima energía que no tardó en transmitirme ni un sólo segundo.
al día siguiente más de lo mismo. planes y planazos. comidas ricas. postres. reunión de amigos. paseitos. redescubriendo encantos. y es que está ciudad de eso sabe bastante.
hoy el día amaneció igual que ayer. soleado y cargadito de planes.

domingo, 20 de abril de 2008

luna lunera

son las 00.05h.

es la primera vez en ocho meses que soy consciente de que la luna llena aquí también me acompaña. me parece imposible que no la haya descubierto antes en alguna de estas noches danesas. pero entonces descubro el por qué. se debe a que aquí el cielo siempre está nublado, impidiéndome disfrutar de ella.

pero hoy por fin veo las estrellas; hoy por fin dormiré arropada por la luz de la luna llena. con lo que me gusta.


y ayer acabó con alguna risa, pero sabía yo que hoy iba a ser mejor día. hoy, 20 de abril, como dice la canción, yo sigo con mis sueños...

sábado, 19 de abril de 2008

en lo oscuro de la noche

anoche llegaba tarde a casa, cansada, dispuesta a dormir. sin embargo algo me hizo encender el ordenador y lo encendí preparada a encontrarme cualquier cosa. leí. letras ya casi olvidadas, sensaciones extrañas de algo que jamás sé si podrá revivir de aquella muerte anunciada a gritos (aunque me gustaría), de aquel sabor amargo que en su día fue más dulce que amargo, pero que hoy me cuesta describir.

hoy ha hecho el mejor día desde hace mucho tiempo. día primaveral. amigos reunidos bajo los rayos del sol. risas. pero yo no lo he sabido aprovechar. he preferido mantenerme al margen, escuchando como reían.

mañana seguro que es mejor día.

jueves, 17 de abril de 2008

días de abril

acabo de descubrir lo que me gusta el mes de abril. es un mes que suena bonito, pero es que además se encuentra en la mejor posición del año. dice hasta luego a un invierno frío y largo, sobre todo este año, en el que por encontrarme donde me encuentro he pasado el invierno más largo de mi vida. de momento. y a la vez da la bienvenida a los rayos del sol, a los días de verano, que ya se van acercando. y con ellos las eternas horas de luz, las risas en la playa, los paseos que nunca acaban.

normalmente todo el mundo tiene su número favorito, su día de la semana favorito, su color favorito, hasta su nombre favorito. yo hoy he conocido a mi mes favorito. ABRIL. porque me regala esperanza, ilusión; me dibuja sonrisas con otro color, el de las noches de verano que quizá nos vuelvan a unir...

el por qué de las palabras

no deja de sorprenderme lo que pueden hacer sentir unas palabras. hay muchas que pasan desapercibidas para los oídos; otras en cambio, sin saber cómo ni por qué, siempre llegan a lo más hondo del alma.

da igual lo que digan, da igual cuando lo digan; lo cierto es que lo dicen y una brecha se te abre en el pecho. una brecha llena de felicidad, de tranquilidad, por saber que nunca dejarás de escucharlas, por saber que no hay tiempo ni distancia capaces de estropear lo que un día nació en una estación de tren.

ya no recuerdo si fuiste tu el primero en hablar, o si lo fui yo; tampoco recuerdo muy bien la primera conversación, pero sé que no fue como las demás. lo sé porque fue ahí donde nació esa brecha, la cual no deja de crecer.

y es que, como tu bien dices, el cariño y los abrazos se acumulan, así que imagínate lo que te espera la próxima vez que nos veamos.

miércoles, 16 de abril de 2008

afrontando temores

dicen que no hay mejor manera de superar los miedos que enfrentándose a ellos. ¿cómo va a ser posible éso?, ¿cómo vas a acariciar aquello que alguna vez te hizo sufrir, o que lo sigue haciendo? pues es cierto, algunas veces hay que ponerse al límite para descubrir que se puede, a veces te obligan a ello.

yo no es que tuviese ningún miedo, pero ya se sabe, que cuando algo no-agradable te sucede en algún lugar concreto, prefieres esquivarlo el resto de las veces. hoy, por distintas razones, no he podido esquivarlo. he hecho el mismo recorrido que decidí hacer aquel día, hace ya dos semanas, en el que quise cambiar de camino, tan sólo por eso, por "cambiar", porque no me gusta tener los mismos hábitos cada día, prefiero ir alternándolos. así que giré por otra calle, me encontré con una persona que me alegró el momento, así, por casualidad, continué mi camino, sentí la velocidad rozándome la cara, hasta llegué a pensar en ella, en lo que podría pasar si...y en aquella curva la bici resbaló.

tras unos momentos de incertidumbre, de no sentir un brazo, de querer pedir auxilio y darme cuenta de que no me salía la voz, de realizar una llamada que nadie respondió (el mismo alguien que minutos antes me había regalado una sonrisa y me había dicho "nos vemos en casa"), de descubrir que estás en una zona en la que nadie te puede ver a menos que te desplaces. sólo en ese momento, con alguna que otra dificultad, conseguí levantarme, gesticular el dolor, sin tocarme el brazo, ya que me daba demasiado miedo descubrir que le había pasado algo. recogí la comida que había comprado tan sólo unos minutos antes y que en ese momento se encontraba esparcida por el suelo ("menos mal que no compré huevos", fue lo siguiente que pensé), cogí como pude la bici, con un brazo que seguía sin sentir, y me puse a pedalear con el único consuelo de que en cinco minutos llegaría a casa y allí estaría aquel alguien de nuevo para darme un vaso de agua y devolverme la tranquilidad que me hacía falta. y así fue. jamás deseé tanto aquella llegada, aquel portazo y aquellos pasos subiendo las escaleras de casa. sentí alivió. y por fin pude llorar con ganas.

hoy he vuelto a pasar por aquel lugar. lo he recordado todo, pero en lugar de lágrimas ha surgido una sonrisa, una sonrisa por que al final no hubiese sido nada, aunque el brazo siga doliendo..."ya se curará", es lo que me repito cada día; veremos a ver si es verdad...

martes, 15 de abril de 2008

una forma de presentarse

cada persona tiene su propia forma de darse a conocer,
unos optan por decir su nombre,
otros prefieren su edad.
es curioso porque,
pensando en qué manera me siento yo más segura,
me he dado cuenta de que es hablando de sentimientos,
de los propios,
algo que normalmente cuesta mucho exponer.
así presento hoy mi blog,
como un lugar en el que plasmar mis sentimientos,
desde cualquier otra parte
...